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lunes, 10 de agosto de 2015

Volcán Acatenango

La aventura un día tomó lugar desde la aldea de La Soledad, el ascenso al volcán Acatenango. Una aventura que da muchas recompensas por el esfuerzo. Una espectacular vista al Volcán de Fuego con toda su elegancia, luciendo lo sublime de la belleza e imponencia de la naturaleza
.
La caminata comenzó desde la aldea, en unas enormes siembras de milpa. El camino al inicio tiene unas vistas muy buenas en los caminos de las siembras, hasta llegar al famoso Árbol Hueco.


Después de las siembras sigue un bonito y fresco bosque nuboso con una vegetación densa, donde por primera vez tuve la oportunidad de apreciar la flor llamada “Mano de Diablo”, una curiosa flor roja con forma de mano con dedos que a la vista se ven filosos.


Cuando llegamos al Conejo nos dimos la oportunidad de comer algo para volver a agarrar fuerzas.
Las Tres Marías fueron una parte que nos sacó el jugo, un camino que exige una gran fuerza de voluntad para seguir.
Después de subir las Tres Marías llegamos al camino para pasar por el Pico Yepocapa, una de las dos cumbres de este volcán. Desde este lugar ya podíamos ver la cumbre más alta del Acatenango, junto con ella también estaba el último tramo del sendero.

Esta fue la parte que nos impulsó a seguir el último tramo, pero el sendero se veía como una última prueba de nuestra voluntad por seguir. La última subida es conocida como “La Maldita” y el nombre en lo personal, si pienso que fue un nombre bien pensado.

Durante La Maldita, las fuerzas comenzaban a escasear, ver para arriba solo ayudaba a quitar parte de lo ánimos. Luego de solo seguir caminando, de repente ya estaba a punto de llegar a la cumbre. Comencé a caminar un poco más rápido por la emoción y al llegar, lo primero que hice fue quitarme la mochila y abrazar a mis compañeros.


Mientras almorzábamos, el Volcán de Fuego demostraba ser coqueto como siempre, nos enseñaba su poder.


Comenzamos a descender, y tomamos la ruta de Los Cazadores. La bajada fue un poco más relajante por sus caminos de arena donde podíamos deslizarnos.


 - Yayo







The adventure took place one day in La Soledad, the walk to Acatenango. An adventure that gives many rewards for the effort. A spectacular view of the Volcán de Fuego with all its elegance, wearing the sublime beauty and grandeur of nature.

The walk started from the village, between huge cornfields. The initial part offers a nice view of these cornfield, until you reach “El Árbol Hueco”

After the cornfields follows a nice and cool cloud forest with dense vegetation, where I had the opportunity to appreciate the flower called "Hand of the Devil", a curious red flower shaped like a hand with fingers that at first sight, look sharp..

When we arrived at El Conejo, we gave us the opportunity to eat something to regain strength.

Las Tres Marias was a part that challenged us, a path that requires great willpower to keep walking.
After climbing Las Tres Marias we hit the road through the Pico Yepocapa, one of the two peaks of the volcano. From here we could already see the highest peak of Acatenango, along with it also was the last part of the trail.

This was the part that encouraged us to keep with it, but the trail was seen as a final test of our will to continue. The final part is known as "La Maldita" and personally I think this name was well earned..

During La Maldita, strength began to run low,watching up just helped remove part of the will. After walking for a while, I realized that the end of the trail was there. I started walking a little faster and upon arrival, the first thing I did was to take off my backpack and hug my teammates.

Over lunch, the Volcán de Fuego proved to be charming as always, he showed us his power



We began to descend, and take the “Ruta de los Cazadores”. The descent was a bit more relaxing for its sandy paths where we could slide.


- Yayo

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